El último camino de Mª Luisa Picado.


Es encantador encontrarte por casualidad con una vieja amiga de la que nunca creías que pudieras alejarte, pero a la que hace años que no ves. La recuerdas con cariño y siempre te dices a ti misma que de mañana no pasa, que la tienes que llamar.
Así, cuando la vislumbras entre la riada de gente que viene en dirección contraria a la tuya, se te pinta una sonrisa que ocupa toda la cara y se te calienta el corazón: abrazos, besos, anécdotas a toda velocidad, risas, brillo en los ojos, una rápida puesta al día, más abrazos, "te llamo, te llamo...¿tienes el mismo teléfono?"
Pero al día siguiente no llamas. Ni al otro. Ni esa semana. No es por nada, de verdad quieres llamarla, pasar la tarde rememorando vuestros grandes momentos, explicando los nuevos, rellenando huecos de vidas en pausa...pero los días vuelan, "¿ya es 12?"...y no llamas.
Pero hay que llamar. Y a veces la vida encuentra el momento por ti.
Momentos para parar y comunicarse, para hacernos ver que la reflexión es necesaria, unir las líneas de puntos y hacer -al fin- esa llamada.
A esa charla pospuesta responde El último camino.
Como los libros anteriores de Mª Luisa Picado ( María, la frontera y el camino y Camino negro), el recuerdo y la amistad, la vida de las mujeres y los variados caminos por los que nos conduce la vida colorean la tinta de cada una de sus página y nos instan a no dejar pasar las oportunidades que nos surjan al paso. Una gran lectura para la primavera, tiempo de regeneración, y para los tiempos desencantados que nos ha tocado vivir, un consejo sabio que nos señala las cosas realmente importantes.
Este libro es una lección de vida, una sacudida por los hombros para que nos dejemos de tonterías y vivamos, tanto lo bueno cómo lo malo, de frente; para que abramos los ojos a la belleza a nuestro alrededor y nos atrevamos a cambiar destinos aparentemente ineludibles; para que disfrutemos cada sendero, aunque a veces parezca que se aleja del camino que creíamos marcado; para que nos esforcemos en lograr nuestros sueños, cambiarlos con tanto deseo como seguridad, desecharlos si se tercia...para -¡oh, si!- acudir a nuestro Góngora colegial y recordarnos siempre que haga falta que "se nos va la Pascua, mozas!

Si no puedes esperar para leerlo, dirígete a nuestra tienda.


Comentarios